Cuidar la salud suele sonar complicado cuando la tentación de la panadería está a la vuelta de la esquina y los tacos te llaman por tu nombre después del trabajo. Por suerte, en Altus Body Nutriólogos entienden que la vida real se vive en Tijuana, entre el tráfico, los antojos y las reuniones improvisadas. Por eso sus consejos son fáciles de aplicar y buscan mejorar la vida diaria, sin que se sienta como una lista interminable de reglas.

Uno de los principales consejos es aprender a escuchar a tu cuerpo. Suena lógico, pero entre prisas y pantallas, a veces ni nos damos cuenta del hambre real. Comer despacio te permite notar cuándo ya estás satisfecho antes de que el plato quede limpio por inercia. Un truco sencillo: baja el tenedor entre bocados y platica un poco en la mesa, eso ayuda a no devorar por costumbre.

Otra sugerencia clave es organizar pequeños snacks saludables. Llevar fruta, avena o semillas evita caer en la tentación de las papitas o el pan dulce, especialmente en días largos en la oficina o cuando el hambre pega en horas extrañas. No se trata de vivir obsesionado, sino de anticiparte para evitar compras impulsivas.

Nunca falta el tema del agua. A veces el cuerpo pide líquidos y lo interpretamos como hambre. Lleva contigo una botella y ponte metas como terminarla antes de cierto horario; con el calor de Tijuana, hidratarse no es lujo, es necesidad. El agua ayuda a la digestión, la piel y hasta mantiene la energía durante el día.

Planificar la semana también suma puntos. Las nutriólogas recomiendan preparar comida los domingos o tener porciones listas en el refrigerador. Eso hace que sea más fácil resistir a la comida rápida después de un día intenso, porque ya tienes la solución en casa. Tampoco hay que complicarse: arroz, pollo, verduras y algunas frutas frescas solucionan la mayoría de las comidas.

Prestar atención al etiquetado de los productos es otro tip habitual. No tienes que volverte experto, basta revisar los ingredientes principales. Cuidado con los productos etiquetados como “light”: muchas veces esconden azúcares añadidos o grasas que nadie pidió.

Y sí, moverse ayuda. No hace falta transformar la vida en una rutina de gimnasio. Camina al súper, juega con tus hijos o sube las escaleras cuando puedas. El movimiento constante hace más efecto que una sesión intensa ocasional.

Lo mejor de estos consejos es que no requieren inversión extra ni disciplina de atleta olímpico. En Altus Body Nutriólogos siempre insisten: pequeños cambios diarios, buena actitud y flexibilidad permiten ver resultados reales. Y si la vida da vueltas y te sales del plan, hay mil formas de retomar el rumbo sin castigarte. Así, cuidar la salud se siente menos pesado y mucho más alcanzable para cualquiera en Tijuana.

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